Relajación de los músculos vaginales: ¡Hay que trabajárselos!

Siempre me ha maravillado lo bien diseñados que están cada uno de los órganos de nuestro cuerpo y la complejidad y precisión al cumplir sus distintas funciones. Nuestros genitales externos y su sensibilidad especial que nos produce placer, los labios mayores y menores que protegen los orificios de la vagina (introito vaginal) y de la vejiga (meato uretral) de rozaduras e infecciones, el meato uretral que nos permite retener y vaciar la orina en función de lo llena que está la vejiga, la vagina y su elasticidad, lubrificación y su sistema de autolimpieza que la protege de las infecciones, son una muestra de esta maravilla.

Sin embargo siempre he pensado, que nuestros genitales externos no han tolerado bien el cambio a la bipedestación (estaban mejor diseñados para andar a cuatro patas). El efecto de la gravedad condiciona que cualquier esfuerzo muscular del tórax (golpes de tos, risa), del abdomen (defecación, ejercicios abdominales) y de los brazos (cargas de peso) se transmitan hacia la zona genital. El embarazo, por el aumento de la progesterona, produce una relajación  general de la musculatura del cuerpo, 
incluida la que rodea el introito vaginal y el meato uretral.

Esta relajación hace que la musculatura de la zona genital se pueda deteriorar más bajo el efecto del propio peso del embarazo y los efectos sobre los genitales de los esfuerzos musculares en otras partes del cuerpo. El parto vaginal al salir el bebé, dilata la musculatura que rodea a la vagina, incluyendo también las fibras musculares que rodean la uretra, supone una dificultad añadida para un perfecto funcionamiento posterior.



Trótula te explica cómo conocer el estado de tu musculatura vaginal y cómo mejorarla si está relajada

• Puedes tener relajación de la musculatura vaginal si notas alguno de estos síntomas:

• Cambios en la micción: Menor fuerza o cambios en la dirección del chorro de orina.
• Escapes de orina:  Sobretodo cuando haces esfuerzos (tos, risa, ejercicios abdominales, saltar, bailar, correr, etc)
• Sensaciones distintas en el coito: Poca presión del pene sobre las paredes vaginales.
• Cambios en los genitales externos: Mayor apertura de la vagina con visualización de una porción de las paredes vaginales
• Sensación de peso en la entrada de la vagina: Sobretodo cuando estas de pie y cuando la vejiga está llena, la pared anterior de la vagina que coincide con la pared posterior de la vejiga, hacen presión en la entrada de la vagina.
• Sensación de bulto en la entrada de la vagina: Se suele notar cuando estás de pie y sobretodo si haces fuerza hacia fuera y suele disminuir cuando estás acostada.  Puede tratarse de un cistocele (vejiga caída) o un rectocele (pared vaginal posterior que coincide con la pared del recto caída).
• Descenso de los tampones: A pesar de colocar el tampón al fondo de la vagina, al llenarse de sangre y pesar más, se va deslizando  hacía la entrada de la vagina, produciendo una cierta incomodidad y a veces su salida.  

• Como mejorar la relajación de la musculatura vaginal

• Ejercicios de Kegel: Se trata de contraer y relajar los músculos que rodean la entrada de la vagina. Para identificar los músculos que deben trabajarse en este ejercicio, mientras estás orinando trata de parar la orina. Otra manera de identificarlos es con un dedo en la vagina intentar hacer presión a su alrededor. Una vez identificado como contraer estos músculos, el ejercicio debe realizarse en varias sesiones al día, empezando por unos 30 al día y aumentando progresivamente cada 4-5 días (para evitar molestias por agujetas en la zona), hasta llegar a unos 200 al día. Puedes intercalar contracciones rápidas con contracciones lentas (manteniendo la contracción unos 5 segundos). Puedes realizarlos en cualquier posición y durante cualquier actividad, aunque al principio es recomendable hacerlo en reposo y siendo consciente de lo que haces. Suele notarse una mejoría hacía los 3-4 meses. Una vez hayas mejorado, puedes pasar a una fase de mantenimiento con una disminución de los ejercicios diarios.
• Conos vaginales: Son unos cilindros con cargas de peso distintas que se introducen en la vagina, produciendo una contracción involuntaria (no la notas) para retenerlos. Se empieza introduciendo el cono de mayor peso que pueda retenerse durante 15 minutos de pie o andando, sin necesidad de hacer una contracción voluntaria. Se coloca, tras vaciar la vejiga y mientras se está de pie o andando, dos veces al día, durante unos 15 minutos. A los 15 días  se intenta colocar el cono de un peso superior. Normalmente los 2 o 3 primeros días es necesario realizar una contracción voluntaria para retenerlo. Si al cambiar de cono es difícil retenerlo, se intenta mantener 5 minutos y se continua con el cono de peso inferior hasta que se pueda mantener el de peso superior. Se consigue una mejoría a los 3 meses de llevarlos, aunque no se consiga retener el cono de más peso. Si tienes sequedad vaginal no olvides utilizar lubrificante.
• Bolas chinas: Son una o dos bolas, que se colocan en la vagina, produciendo una contracción involuntaria para retenerlas. Hay juegos de dos bolas desmontables, recomendándose la utilización al principio de sólo una bola unos 15 minutos al día, la primera semana, y posteriormente 30 minutos. A las pocas semanas se intentan colocar las dos bolas, comprobando la posibilidad de retenerlas, aunque al principio deba realizarse una contracción voluntaria. Si resulta difícil retenerlas, combinaremos la utilización de las dos bolas el máximo tiempo posible, con la utilización de una bola hasta completar los 30 minutos diarios. Se consigue una mejoría a los 3 meses de llevarlas. Si tienes sequedad vaginal no olvides utilizar lubrificante.
• Rehabilitación de la musculatura vaginal: Si nada de lo anterior funciona o mejora suficientemente la relajación de la musculatura vaginal, puede ser necesario recurrir a otros procedimientos para los que necesitas a profesionales expertos:
  • Gimnasia hipopresiva: Incluyen unos 150 ejercicios en 10 niveles de dificultad que han de ser supervisados por un profesional experto en los mismos. Consiguen aumentar el  tono de reposo de la musculatura abdominal y disminuir la presión dentro del abdomen, favoreciendo que la musculatura vaginal  reciba menos el efecto de la gravedad.
  • Técnicas de biofeedback: Mediante unos medidores de la fuerza de la contracción muscular colocados en la vagina, la mujer identifica los músculos que ha de ejercitar y la hace consciente de la fuerza que debe realizar con los mismos
  • Electroestimulación: Es una técnica que consigue mediante estimulación eléctrica mínima en la vagina, la contracción pasiva (involuntaria) de los músculos que la rodean. Está indicada en mujeres con un tono muscular muy bajo y/o con dificultad para identificar y contraer los músculos vaginales.

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Aunque no sientas relajación de la musculatura vaginal intenta evitar el estreñimiento, los ejercicios abdominales intensos, cargar pesos o hacer esfuerzos con la vejiga llena. Ten en cuenta los cambios que se producen en la musculatura vaginal durante el embarazo y el parto vaginal,y no olvides trabajarla  en el embarazo y en el postparto

Si sientes relajación de la musculatura vaginal, intenta buscar la opción de mejorarla que menos te incomode. Cuida especialmente los factores mencionados en el apartado anterior.

Con la edad siempre se produce una cierta relajación de todos los músculos del cuerpo y también de los vaginales. Por ello puede ser una opción incorporar el ejercicio de esta musculatura en tu vida diaria, para mejorar tu sexualidad y facilitar el funcionamiento de la vejiga, evitando escapes de orina.