Mamas: ¡Quistes, quistes y más quistes!

Son muchas las mujeres, que pasan años preocupadas, controlándose la presencia de quistes en las mamas.

La historia suele empezar a partir de una visita al/a ginecólog@ para la valoración de un dolor en alguna zona  de la mama, en una o en las dos mamas, o en una visita para hacer prevención, en la que el/la ginecólog@ nota algún nódulo en alguna zona de las mamas o porque la mujer ha notado la aparición de un nódulo en sus mamas. También es frecuente tras la realización de una mamografía para prevenir el cáncer de mama, que si se realiza cuando el ovario aún está en funcionamiento, suele dar unas imagénes difíciles de valorar, procediendo el/la radiólog@ a indicar la realización de una ecografía de la mama para poderlas clarificar.

En todas estas ocasiones el diagnóstico más probable es la presencia de múltiples quistes en la mama, de tamaños desde milímétricos a algunos que pueden alcanzar algunos centímetros

Trótula te explica la importancia de la presencia de quistes en las mamas

• El tejido de las mamas está formado básicamente por grasa, fibras musculares, fibras elásticas y millones de conductos milimétricos que al final tienen unas bolitas milímétricas (acinos glandulares, que es donde se produce la leche en las mujeres tras el parto). Los conductos se van uniendo entre sí en conductos un poquito más anchos, hasta confluir en los conductos que llegan al pezón (conductos galactóforos).
• El tejido mamario, a partir de la pubertad (inicio del funcionamiento de los ovarios), se va desarrollando, en función de la cantidad de hormonas que produce el ovario y de características genéticas, hasta conseguir el tamaño y la forma de una mama adulta. Cada mujer, si no hay problemas genéticos u hormonales, tendrá unas mamas determinadas.
• A partir del desarrollo completo de las mamas, éstas, cada mes responderán al tipo y cantidad de hormonas que produzca su ovario y a factores externos que puedan influir en el metabolismo de las mismas.
• El tejido mamario suele estar en reposo tras la regla, mientras el ovario produce estrógenos.
• Tras la ovulación y coincidiendo con la producción de progesterona (la hormona del embarazo) por parte del ovario, la mama cambia aumentando la dilatación de sus conductos y de las bolitas o acinos glandulares. Vuelve a una situación de reposo al producirse un descenso brusco de todas las hormonas, cosa que sucede más a o menos a los 14 días de la ovulación si no ha habido embarazo, simultáneamente con la llegada de la regla.
• La mama está diseñada para funcionar en unas condiciones hormonales que no son las que actualmente tenemos la mayor parte de mujeres. Un promedio de 20 embarazos en la vida, con sus respectivos periodos de amamantamiento, darían a la mama la posibilidad de funcionar en el ambiente hormonal que le es favorable, con largos periodos bajo influencia de la progesterona y muy pocos periodos bajo la influencia de los estrógenos.
• Con el paso de los años, la escasez de embarazos y de periodos de amamantamiento, el tejido mamario, con sus conductos y sus bolitas (acinos glandulares) sufren cambios importantes, que condicionan la obstrucción de algunos conductos con la dilatación de los acinos que se llenan de líquido, convirtiéndose en pequeños quistes.
• En cada ciclo menstrual se producen múltiples quistes. Su cantidad y tamaño dependerá del nivel de hormonas que produce el ovario, de las características genéticas de cada mujer y de factores externos que pueden modificar el metabolismo hormonal. Algunas mujeres no notarán la presencia de los mismos, aunque puedan verse si se realizan una ecografía de la mama. Otras notaran un aumento de la mama antes de la regla con o sin dolor, sin notar ningún bulto en concreto. Y finalmente algunas en todos o en algunos ciclos notarán claramente la aparición de múltiples nódulos, normalmente sensibles, que disminuyen su tamaño y su sensibilidad tras la llegada de la regla.
• Los quistes milimétricos difícilmente pueden identificarse al explorar la mama. Los que tienen tamaños superiores a 1 centímetro y sobretodo si producen dolor por ser de crecimiento rápido, pueden notarse claramente en la exploración.
• La mayor parte de estos quistes, sobretodo los milimétricos, suelen desaparecer al llegar la regla, volviendo a producirse algunos nuevos tras la siguiente ovulación. Los de mayor tamaño también suelen disolverse, desapareciendo, pero a veces tardan algunos meses.
• Los quistes en las mamas son más frecuentes en mujeres de más de 30 años, que no han tenido hijos o los han tenido, pero con periodos de amamantamiento inferiores a 6 meses.
• La presencia de estos quistes no supone ningún riesgo para la salud. No condicionan dificultades en la lactancia materna, ni tienen ninguna relación con el cáncer de mama y nunca necesitarán una operación para extirparlos.
• Su presencia es muy frecuente en mujeres desde los 30 años hasta la llegada de la menopausia, época en la que desaparecen totalmente. Es menos frecuente en mujeres más jóvenes o con muchos hijos, a los que han amamantado durante más de seis meses y en las mujeres que toman anticonceptivos hormonales combinados, por no existir la alternancia de estrógenos desde la regla a la ovulación y de progesterona desde la misma hasta la siguiente regla.
• En las ecografías de la mama es muy frecuente observarlos, sobretodo si la misma se realiza poco antes de la regla. Algunos radiólogos, por su protocolo de actuación, plantean sistemáticamente la punción y vaciamiento de todos los quistes de la mama, si  tienen un tamaño superior a los 2 centímetros y su control cada 6 meses o anualmente.

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Si no notas ninguna molestia en la mama, la realización de una ecografía de la mama no tienen ninguna justificación. No es una prueba que sirva para la prevención del cáncer de mama.

Si notas aumento en el tamaño y dolor en las mamas antes de la llegada de la regla, con una desaparición tras la misma, no esta indicado realizar una ecografía. No es más que una respuesta un poco exagerada al funcionamiento normal de las mamas. Para disminuir estas molestias, puedes probar algunos de los remedios que se utilizan para el síndrome premenstrual.

Si notas algún nódulo en las mamas en los 15 días antes de la llegada de la regla, espera a que ésta llegue. Lo más probable es que desaparezca en los días siguientes. En caso de que sea la primera vez que te suceda y no desaparezca  tras la regla, sería conveniente una valoración por algún profesional de la salud. Si ya te sucedió en alguna ocasión anterior y te diagnosticaron la presencia de quistes, espera unas dos o tres reglas, si tienen tendencia a disminuir de tamaño. Si tras la regla notas un aumento en el tamaño sería conveniente una valoración por algún profesional de la salud.

Si en una ecografía de la mama aprecian algún quiste de mayor tamaño y te plantean su punción para extraer el líquido, decide si prefieres la punción, que no es necesaria pero puede aliviarte la molestia, o prefieres esperar a que desaparezca espontáneamente. Los quistes que duran varios meses, cuando se visualizan en una ecografía, se ven más densos. Les llaman quistes "con contenido" y los ecografistas suelen siempre recomendar su punción y vaciamiento. Tampoco tienen ningún peligro para la salud y tardan un poco más en desaparecer.

Si por alguna razón te realizas una ecografía, intenta que te la realicen tras la regla porque suelen verse menos quistes y además es menos dolorosa. La presión sobre la mama, en algunas mujeres resulta dolorosa, especialmente en el periodo antes de la regla y si hay un aumento en el tamaño y dolor de las misma o existen quistes.